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Periodistas y Anónimos

Un chamán de feria… por JAVIER MARÍAS

Fuente externa: JAVIER MARÍAS/elpais.com

Por poner un ejemplo ya lejano pero no antediluviano: 7 de junio de 1992. Última jornada de Liga. Tenerife-Real Madrid. Si éste gana, se proclama campeón. Si pierde y el Barça vence, será este equipo el que se lleve el título. Con 1-2 en el marcador, el Madrid marca un gol legal, que habría sido casi definitivo. El árbitro lo anula, por inexistente fuera de juego. Continúa el encuentro, el Madrid se mete dos goles en propia puerta (o uno y medio), la cosa acaba 3-2 y el campeonato vuela a Barcelona. 
Hoy se habría armado un escándalo. Entonces casi nadie mencionó el gol invalidado ni el Madrid se quejó. Reconoció haberse «suicidado» en el segundo tiempo. Este partido fue además transcendental para la historia: el Barça se sacudió muchos de sus complejos, empezó a quitarse su ancestral disfraz de víctima e inició su mejor época, que se prolonga hasta hoy.

A los madridistas verdaderos nos pareció lo normal la actitud del club. El Madrid no se quejaba bajo ningún concepto. Si se le anulaba un gol injustamente, era un lance o un azar del juego y había que meter otro, eso era todo. Lo mismo en lo que respectaba a penalties pitados o no pitados, a expulsiones rigurosas o injustificadas, a lesiones de jugadores fundamentales. El Madrid seguía atacando con diez o con nueve, no se daba por vencido, casi ni admitía un empate, sobre todo en su propio feudo. Sus entrenadores podían tener más o menos talento, pero solían saber dónde estaban y eran educados. 
Aquí no se buscan excusas, aquí no se protesta, se acepta la derrota cuando el otro ha sido mejor o la suerte no ha acompañado, se intenta el triunfo siempre, aunque se corra el riesgo de salir goleado; aquí nunca se siente uno vencido de antemano. Un entrenador fue destituido porque, tras perder 6-1, creo, en la Copa, declaró que no intentaría salvar la eliminatoria. Si no recuerdo mal, en la vuelta el Madrid, gracias al espíritu de sus jugadores, ganó 4-0 y se quedó a un solo gol de coronar la hazaña. Ese ha sido mi Real Madrid desde que tengo memoria futbolística, y ya van cincuenta años. Aquí, además, se juega bien y con limpieza y generosidad. No toleramos cicaterías ni especulaciones mezquinas ni pelotazos. Hemos visto a Di Stéfano, a Puskas y a Gento; a Velázquez y a Pirri; a Netzer y a Santillana; a Míchel, a Butragueño y a Martín Vázquez; a Laudrup, a Zidane; a Raúl y a Guti hasta el curso pasado. 
Florentino Pérez tiene cuatro años más que yo. Ha asistido a lo mismo. Será un lince para sus negocios, qué duda cabe, pero está demostrando ser un hombre poco inteligente, para haberse entregado a un chamán de feria como Mourinho, alguien mucho menos inteligente aún que él. Un individuo que no sabe de fútbol y al que el Madrid le trae sin cuidado, que no tiene reparo en traicionar su centenaria tradición y en arrojar sobre él una mancha que se hará difícil borrar. Su Madrid es un equipo con buenos jugadores a los que manda jugar feo y mal; con excelentes atacantes a los que, en los partidos cruciales, no permite atacar; con futbolistas honrados -la mayoría- a los que obliga a comportarse deshonesta o brutalmente en el césped, como si estuvieran en los más broncos Sevilla, Valencia o Atlético de Madrid de sus respectivas historias; a los que, con su resentimiento infinito y notorio y su poder casi absoluto, mantiene bajo un reinado de terror (no sé en qué desacato incurrieron, pero de Pedro León no se ha vuelto a saber, de Canales apenas).
Hace ya muchos meses escribí aquí un artículo, «El triste lo contamina todo», referido a Mourinho. Me costó un aluvión de reproches de madridistas -me temo- «advenedizos» o fanatizados, que desconocen la trayectoria del club o que lo apoyarían aunque a su frente estuviera Himmler redivivo. En todos los equipos hay gente así: yo me preguntaba cómo amigos míos del Atleti no se daban de baja mientras lo gobernaba Gil y Gil; cómo otros del Barça no desertaban, sólo fuera transitoriamente, con Gaspart de Presidente o Van Gaal de entrenador. Es difícil, casi imposible, ya lo advirtió Vázquez Montalbán: la única fidelidad segura, de la infancia a la tumba, es la futbolera. 
Escribo esto cuando ya sólo falta el último de los cuatro Barça-Madrid encadenados, del que no espero nada. Porque lo que no puede ser es que el propio equipo dé vergüenza, en el campo y fuera de él: se le toleran el juego pobre y el escaso acierto, los entrenadores rácanos como Capello o Juande Ramos, aun los Presidentes delincuentes, porque éstos, al fin y al cabo, quedan lejos de la hierba y del vestuario. Pero no un entrenador omnipotente, omnipresente y malasangre, un quejica que acusa a otros siempre, un individuo dictatorial, ensuciador y enredador, soporífero en sus declaraciones, nada inteligente, mal ganador y mal perdedor, y que, como dijo Di Stéfano, hace que el Madrid juegue «como un ratón» mientras el Barça juega «como un león». El Madrid no ha sido nunca sino el mayor león. 
Como tal ha de morir, si es eso lo que le toca ahora. Mourinho ha logrado amargarme hasta las victorias: en la Final de Copa (no se olvide, un trofeo al alcance del Mallorca o el Getafe), me alegré durante treinta segundos del gol de Cristiano -la costumbre de toda una vida-. A continuación pensé: «Pero si esto acaba así, nos toca Mourinho para rato», y el contento se me evaporó. No creo que lo logre, pero, si él se prolonga aquí, tendré que probar a hacerme provisionalmente de otro equipo. Dudo entre el Athlétic de Bilbao, la Real Sociedad y -lo inimaginable- el Atlético de Madrid. Quién me iba a decir que a mi edad tendría que plantearme tan antinatural posibilidad, por culpa del catoliquísimo ídolo de Esperanza Aguirre. No, si Dios los cría y ellos se juntan, debería haberme acordado.
Fuente externa: JAVIER MARÍAS/elpais.com

7 comentarios el “Un chamán de feria… por JAVIER MARÍAS

  1. oscarbares
    15/05/2011

    Es curioso, tengo muchos amigos madridistas de toda la vida que opinan exactamente lo mismo y se preguntan cuando Roncero fue mas importante que Don Alfredo? cuando representó mas el espíritu de ese equipo Pepe que Ozil?Creo que es lo peor que le puede pasar a un aficionado de un club histórico, ver como alguien llega y se pule de raiz todos los valores que hacen que crezca una afinidad con la institución como para hacerse socio y estar orgulloso.Lamentablemente el madridismo al que le gusta el fútbol parece haber sido arrasado por el mero resultadismo.Lo lamento por ellos, una institución como el Madrid no se merece caer en estos ridículos… y lo dice un culé que admiraba a la quinta del Buitre.

  2. Anonymous
    15/05/2011

    estoy completamente de acuerdo con este articulo y con oscarbares , este no es el Madrid que enamoraba tanto dentro como fuera de la Capital , no es el madrid que jugando directo y rápido ( que es el estilo Real Madrid históricamente ) daba un exhibición de fútbol a cuaquier equipo que se ponía por delante . Este no es mi Madrid , y me arrepiendo de haber apuyado al contratación de Mou en un principio. Mucho

  3. Carlos
    15/05/2011

    Me alegra ver que el madrdidismo ético no puede tragar con ese "malasangre", y que Javier Marías ponga el acento en la irresponsabilidad de Florentino, culpable absoluto de esta situación.

  4. Anonymous
    16/05/2011

    la filosofia q tiene el barca en creer en su gente! en creer en su generacion de oro y tambien creer en la proxima generacion q suplira a esta! y viendo q este equipo es joven literalmente hablando! y le kedan muchos anos… creo q hay barca pa ratoo! veamos que hace el madrid al respecto!

  5. Anonymous
    16/05/2011

    Bravo por Javier, ha hecho verter una lagrimita a un culé que solamente una vez decidió dejar su pasión en suspenso (cuando no supimos retener al que prometía ser el mejor jugador de todos los tiempos: Ronaldo el Gordo -el bueno de verdad-). Entiendo muy muy bien todo lo que dice. Lo he vivido. Y no entiendo como no hay muchas más voces como la tuya, y apuntando en la dirección adecuada: al ser superior. Gracias de nuevo

  6. Anonymous
    16/05/2011

    Javier Marías es un tipo en general razonable, pero, inevitablemente, incluso cuando hace autocrítica, no puede evitar los peores tics del madrileño perdonavidas. Algunas frases delatan que, para él, como para el resto de madridistas, sólo existe su club. El resto son medianías, pequeñeces, clubs despreciables de segundo orden. Ese club únic, vestido de blanco y elegido por Dios desde el origen y por Franco durante 40 añitos de nada, tiene una esencia. Impoluta. Maravillosa: (sólo) generosidad, (sólo) elegancia, (sólo) arte. Nunca hubo tiranía capitalina en el nombramiento de los dirigentes de la Federación, del Comité de Árbitros. Cuando se iba a nombrar a un dirigente, siempre se hizo por méritos gestores y no por la cercanía familiar y amistosa de la Corte. Los medios de comunicación de Madrid siempre han sido bjetivos, incluso generosos con los "otros". Los árbitros nunca se nombraron desde Madrid para Madrid. El grito unánime en toda España "Así gana el Madrid" debió de inventarlo algún desocupado. Esos "otros" equipos que dicen existir, hasta aspiran también algún día a tirar de épica cuando pierden, y no sólo a jugar a la desesperada. El poder político de Madrid no se sustrajo a Di Stéfano al Barcelona. El Comité Nacional de Árbitros no ha tenido hasta el día de hoy una inmensa mayoría de ex-directivos madridistas. Lo siento por Marías, pero la historia del Madrid es la que es (y, por cierto, la que sigue siendo. Siento decirle que las esencias sólo existen en ciertas filosofías idealistas. El Madrid no tiene esencia, sino historia. Una historia bastante fea que todavía está por escribirse. La chulería, la mala educación y la prepotencia de Mourinho, de Cristiano Ronaldo y de Sergio Ramos es sólo el cabo de una larga cadena muy resbaladiza y algo maloliente.

  7. mcnulty
    17/05/2011

    buenas, yo por lo general me leo todas las semanas la columna de Javier Marías, es sin duda alguna uno de mis escritores favoritos y lo seguira siendo a pesar de artículos como este.Soy madridista, socio desde hace hace casi 30 añosDel artículo, respetando que él como madridista este en contra de la politica de Mourinho, no creo que este a su altura.Esta repleto de insultos, de de visceralidad, sin ningun tipo de argumentacion y no solo hacía Mourinho sino hacia todo aquel que pueda estar en desacuerdo con el academico llegandolos (o nos) a llamar nazis: "Me costó un aluvión de reproches de madridistas -me temo- "advenedizos" o fanatizados, que desconocen la trayectoria del club o que lo apoyarían aunque a su frente estuviera Himmler redivivo." o apropiandos eel del acutentico madridismo: "A los madridistas verdaderos nos pareció lo normal la actitud del club".Es curioso que termine el artículo con la crítica al catolicismo (creencia supongqo mas que respetable de Mourinho y reconocida abiertamente por él) y una supuesta tendecia hacia la derecha ideologica (que yo sinceramente desconozco) mientras en el resto del artículo haga apología de una de las actitudes del catolicimso para mi gusto mas dañinas a la humaniad como e slade "poner la otra mejilla" o se haga propietario de una de la sactictudes del fascimso como yo soy el que tiene la verad y el que este en contra mai es un fascista.Por lo deás, hablaría de mi opinión futbolistica y con respecto al madrid, las quejas y dema sde Mourinho, pero… no creo Javier Marías habla hablado de ninguna de esas cosas en ningun momento

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Esta entrada fue publicada el 15/05/2011 por en MOURINHO.